La mente no es una inteligencia verdaderamente consciente o consciente de sí misma, sino un sistema de respuesta condicionada basada en la memoria y el hábito que rara vez cuestionamos. Gran parte de nuestro comportamiento es artificial, reactivo, impulsado por estímulos externos, no desde una motivación interior.
Este lado habitual de la mente se ve abrumado fácilmente por fuertes sensaciones desde el exterior, los factores de placer, poder, reconocimiento, etc., a los que nos apegamos.
El apego extremo se vuelve una adicción.
Esto significa que la única manera de ir más allá de todo comportamiento compulsivo y respuestas condicionadas, es ir más allá de la mente.
Eso puede parecer imposible de hacer, pero es posible ya que la mente no es más que un instrumento, no nuestra verdadera conciencia interior.
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Inspirado en un texto de David frawley
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