El tercer miembro del Asthanga Yoga es Âsana. Patanjali nos dice que para que una âsana (postura) sea considerada como tal, debe de cumplir dos cualidades fundamentales: Sthira y Sukham.
Sthira
Estabilidad en el cuerpo
Firmeza en la respiración
Atención tanto a nivel físico cómo a nivel mental.
Sukham
Comodidad en el cuerpo
Respiración suave, fluida
Mente relajada.
Estas dos características se tienen que combinar en los tres niveles (cuerpo, respiración y mente) y mantenerse presentes en todo momento, cuando vamos a la postura, cuando estamos en la postura, y cuando volvemos de la postura.
¿Cuál es el método para conseguir estas cualidades?
La postura de âsana se alcanza por el reajuste consciente del esfuerzo, la relajación y por la empatía con el aliento vital sin límites (Prâna), la fuente de vida.
Patañjali, evoca la idea de un esfuerzo adecuado y un reajuste constante (Prayatna)
Haciendo hincapié en la relajación y en la eliminación de esfuerzos innecesarios (Saithilya)
Estos dos elementos son esenciales, pero la práctica de las posturas seria incompleta sin el tercer aspecto que concierne a la orientación de la mente.
Ananta (eterno, infinito). La mente debe de estar plenamente concentrada, focalizada en la respiración, utilizando la respiración para soltar resistencias.
Cuando practicamos si hay oscilaciones en la respiración o se agita, es un indicativo de que algo no va bien, debemos modular el esfuerzo y reajustar.
A medida que aprendemos a regular y alargar la respiración de una manera adecuada, surgirán efectos de gran alcance en la mente, poniendo en marcha una serie de cambios Positivos.
En âsana, estos dos elementos, el esfuerzo adecuado, y una respiración fluida, tienen que unirse y sostenerse mutuamente. Solamente cuando se logra esto, las dos cualidades Sthira-Sukham se convierte en una experiencia.
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