El cambio
Continuamos viviendo vidas guiadas por nuestros deseos: deseo de poder, de prosperidad, de placer, alimentando una y otra vez un fuego insaciable que nos orienta cada vez más hacia afuera.
Algunas causas inmediatas por las qué sufrimos son: El cambio, el deseo insatisfecho, los condicionamientos, el conflicto mental.
Nuestra experiencia del sufrimiento surge: Del miedo a un cambio inminente, miedo a las consecuencias del cambio, la incapacidad para aceptar el cambio, la negación, el deseo de mantener un status que de placer/comodidad, e intentos de evitar o retrasar cambios inevitables.
Pero todo lo que tiene una existencia material está inevitablemente sujeta a cambios.
¿Qué podemos hacer?
Lo único que podemos hacer que nos ayude de manera positiva, es aceptar la realidad de cada momento a medida que se desarrolla: no negar, no rechazar, no reprimir, no pelear, observar objetivamente y aceptar como es en ese momento, no mirar atrás con pesar, ni mirar hacia adelante a lo que será con preocupación. Tanto el arrepentimiento como la preocupación son procesos mentales naturales, pero no nos llevan a ninguna parte.
La aceptación de lo que es… no es apatía o indiferencia. La aceptación proviene de la capacidad de permanecer anclado en el momento presente a medida que se desarrolla, con tranquilidad, con paciencia, observando y no juzgando, afrontando sin temor, sin resistencias, no pelear. No se trata de tener que tomar medidas y obtener el control en ese momento.
El papel del yoga y sus las herramientas
Patanjali nos dice que debemos desarrollar estabilidad (sthira) y facilidad (sukham) en esta y en todas las situaciones en las que nos encontramos.
Para esto propone una doble vía: Prayatna- Saithilya, un esfuerzo gradual e inteligente que reduce progresivamente nuestra resistencia.
Âsana, juega un papel muy importante para cambiar los condicionamientos del cuerpo (samskâra-s).
Prânâyâma, nos enseña a regular conscientemente y alargar la respiración. Es entonces cuando la mente, también comienza un proceso de cambio (Parinâma).
Aunque es difícil cambiar los patrones de ansiedad, estrés y negatividad, no es imposible. Esto llevará tiempo, esfuerzo constante, perseverancia, pero tales cambios positivos pueden ocurrir en la mente.
Los cambios físicos y fisiológicos penetran en lo cognitivo y lo emocional. Si este camino se mantiene, a su vez nos lleva a un estado de aceptación mucho más estable y tranquilo, aprendemos a estar en la realidad y la experiencia de cada momento.
Mantenerse anclado
Una práctica de yoga bien diseñada puede llevarnos paso a paso hacia una conexión más profunda con el inmenso potencial que yace dentro, uniéndonos a un ancla inquebrantable que no se ve afectada por las transiciones externas o lo efímero y fugaz, una quietud y tranquilidad que existe a pesar de todos los cambios.
Los cambios ocurren afuera, una y otra vez. Sin embargo, uno aprende a observar con atención y alinearse con el flujo. Aceptar sin sentir una sensación de limitación o sin sentir la necesidad de cambiar.
Abrazar y aferrarse a este ancla interior, necesariamente requiere que cambiemos nuestros patrones de pensar, hablar, hacer y ser.
Existe la necesidad de dejar de buscar validación y significado en lo externo, en forma de riqueza, estatus, poder, alabanza, fama, aceptación social para facilitar un empoderamiento interno que nace de la claridad, una sabiduría intuitiva y una confianza inquebrantable en uno mismo. Este no es un cambio impulsado por el ego. Es un ancla infalible que encontramos por nosotros mismos, solamente cuando aprendemos a dejarlo ir.
Nrithya Jagannthan. Darshanam, Krisnamacharya Yoga Mandiram.
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