La dificultad para conciliar el sueño se convierte en una verdadera pesadilla para quienes la padecen, afectando seriamente a su calidad de vida.
Dormir es sin duda una necesidad y una actividad de vital importancia. El descanso nos permite renovar nuestra energía y eliminar las tensiones del día, lo que redunda en buena salud, manteniendo alejada a la enfermedad, tanto física como psíquica. Por ello el insomnio es como una señal de alarma de que algo no va bien, y que eventualmente aparecerá la enfermedad, en el cuerpo o en la mente.
Cualquier trastorno que suframos de manera continuada nos está avisando de algún desequilibrio en nuestro organismo.
La ausencia de la fase de “sueño profundo” impide que nuestro cuerpo, mente y emociones descansen, en breve surgen los síntomas como el cansancio, agotamiento, irritabilidad, ansiedad, desgana, etc. Puede haber personas que aún durmiendo presenten estos síntomas. Puede ser debido a que la inquietud interna les impide llegar a la fase de “sueño profundo”.
En un principio el insomnio puede estar causado por diferentes factores como, cambios hormonales, depresión, estrés, ansiedad, o por una mala gestión de las preocupaciones diarias. Es más fácil que nos afecte si nuestro sistema nervioso está sobre excitado de manera permanente y no nos permitimos o no sabemos desconectar.
Hay una fase del sueño (sueño profundo) en la que perdemos momentáneamente todo contacto con el mundo exterior, los sentidos se “apagan” y la mente descansa. Es como si apagáramos el “ordenador central”. Entonces, cuando nos despertamos por la mañana nos sentimos renovados.
Es un estado de ruptura en relación con el exterior, se necesita esta ausencia de contacto con el exterior para que nuestro organismo se pueda “reiniciar” y al volver a la vigilia funcione adecuadamente.
El yoga nos proporciona diferentes herramientas para la auto-observación, con calma y claridad podemos observar las necesidades de nuestro organismo y así poder satisfacerlas creando el equilibrio necesario.
Nos familiarizarnos con el funcionamiento natural del organismo y aportamos las condiciones adecuadas que favorezcan que éste funcione de manera natural, a pesar de las interferencias que nos vienen de la vida diaria, de los ajetreos y tensiones de la vida cotidiana.
La quietud mental es uno de los pilares del buen sueño, y la Práctica de Yoga es un camino seguro que ayuda a alcanzar esta armonía interior.
La realización de los âsanas (posturas) y del prânâyâma (respiración), complementados por la relajación profunda y la meditación, nos ayudan a conciliar más profundamente el sueño e incluso son una herramienta muy eficaz para combatir el insomnio.
El Yoga es especialmente efectivo a la hora de reducir la tensión muscular, lo cual puede afectar a la capacidad de quedarse dormido o de llegar a la fase del “sueño profundo”. El Yoga promueve una respiración lenta y profunda que actúa como un sedante natural que facilita el sueño y el descanso.
Practicar Yoga nos conduce a tener calma, “instrumento de vital importancia para reducir el impacto del estrés” y nos facilita poder cerrar todas las actividades de la mente para poder conciliar el sueño y que además éste sea reparador.
El Yoga se puede practicar en grupo o también para casos más específicos de forma individual en sesiones de Yoga Terapia.
¡Sé Valiente, Practica Yoga y Duerme Mejor!
Esther Jaramago
Déjanos tu email y te mantendremos informado de nuestras actividades